Mi diario

Esta bitácora siempre fue un diario. Siempre conté aquí lo que pasaba, lo que sentía, lo que pasaba… Hechos y sentimientos que siempre tenemos todos los seres humanos. A veces me voy, quizá porque no puedo escribir, quizá porque no debo, o quizá porque tengo la suerte de poder contarle a alguien lo que me…

Una cuestión de esperanza

A veces te llega un fogonazo, disparado por cualquier detalle inadvertido, un pequeño suceso, una imagen banal e intrascendente. Y lo digo desde aquí, último día en Bruselas, donde cada rincón, edificio, terraza…es un escaparate del dolor, un puñetazo en el alma, una burla continua del destino. No sé explicar por qué, pero había esperanza…

Besando la lona

Recuerdo la primera vez que me tumbaste en la lona. Incluso le dediqué una entrada a esa sensación inefable del mundo, que da vueltas, y la realidad se escapa de las tres dimensiones al país de Nunca Jamás, a la tierra de Oz: nunca olvidaré, por otro lado, la primera y única vez que mi…

Tuve que caerme

Tuve que caerme para aprenderque las heridas no cierran,por mucho que la empapes en alcohol.Que el sueloes un límite imaginarioque retiene los cuerposy deja pasar el alma.Tuve que caerpara romperme el corazón,dejando intactos los huesos;para esconderme en un agujerodonde recuerdo el color de tus ojos.Tuve que caery caery caerhasta que perdí las ganas de levantarme,y…

Elegí mal día para volver a escribir

Han llegado esta mañana, casi sin avisar. Un mazazo terrible en el cráneo, que ha bajado por toda la columna y me ha dejado «estaqueado», como dijo Cortázar. Debí haber atendido a los presagios, esos heraldos negros que llevaban volando en círculos desde que la aurora de rosáceos dedos trepó por la pared de mi…

20 de abril (del 24)

Hola, michi, ¿cómo estás? Me entró la melancolía, y te debía hablar. No son buenos tiempos para la lírica, ni para escribir. Con los bárbaros en las puertas demasiado tiempo, a veces uno se cansa de luchar. Es inevitable, es inevitable tener que esconder los sentimientos y volver a levantarse, empuñar la espada o el…

Piel desnuda

Me retan, de manera injusta, injustificada e injustificable, a escribir sobre mí, sin metáforas. A mí, tímido por naturaleza, con cuatro reglas aprendidas para desenvolverse en este mundo y saltar las vallas de las convenciones sociales, lector empedernido y poeta en diferido, amigo del diccionario y psicópata encubierto. Creo que nadie debería hablar sobre sí…

El abrazo del erizo (II)

Cuarteles de invierno Se ha doblado la guardia en el castillo de Florín, aunque no se espera a la Brigada Brutal. Están en prevención todas las fuerzas, y sigue un nerviosismo a flor de piel. Paseos por el adarve, pendones ondeando. Todo puede venirse abajo, y entonces habrá que aplicar los planes de contingencia. Por…

El abrazo del erizo (I)

Preámbulo Cientos de kilómetros, horas de coche, Luis Ramiro en bucle infinito clavándose en el corazón, puñalada tras puñalada en un corazón instalado en la línea basal, inmune a los besos de los desfibriladores. La puesta de sol sanguinolenta por el espejo retrovisor me trae tu me-moría, mientras rueda la noche engulléndolo todo, y al…

Ahora que

Llevo mucho tiempo sin escribir. Son cosas de la vida, creo yo. Esta bitácora nació como… no sé para qué nació. Al principio nació como una válvula de escape ante los embates de la vida, encontronazos más o menos sonoros y sudorosos que inyectaban de sangre la mirada. Luego, acabó convirtiéndose en una suerte de…