Una historia. Capítulo II: de los errores

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Haz lo que todos esperan de ti. Trabaja, ahorra.

Que nadie hable mal de ti, que los buenos te honren y los malos no te deshonren. No ofendas al poderoso. Obedece a tus padres.

No sueñes. Vive con los pies en la tierra. Todo el mundo es malo. Es por tu bien. El mundo no cambiará nunca. No puedes cambiar nada.

Estás en el mejor lugar del mundo, en «la yemica del huevo».

He llegado tarde y por caminos errados. Demasiados consejos de quien no se los aplicaba a sí mismo.

Quizá esto funciona como mi «manual para hundimientos generalizados», mis particulares Reglas de Gibbs para cuando nada funciona. Uno vuelve a lo clásico, uno vuelve a lo que ha funcionado durante generaciones y generaciones, sin creatividad, sin alma. Sin sueños. Una suerte de camino de mediocridad que premia más la constancia que la genialidad, la testarudez que los méritos.

Estoy donde estoy cargado de arrepentimiento, de sueños abandonados en la cuneta, de amaneceres perdidos sin ti a mi lado. Renunciando a aspirar al cielo o morir en el intento, conforme con este purgatorio donde sabes que todo tiene fin.

Nunca conoceré tu lado de la cama, el aroma de tu aliento. Nunca sabré si mis sueños eran alcanzables, si hubiera podido brillar o apagarme en un vendaval a la primera. Nunca seré feliz.

No sé si he llegado lejos o soy otro más, sin sombra y sin sueño, sin camino y sin espejo. Te corresponde a ti decidirlo, aunque a mí no me importa. No veo mis aciertos: me atormentan mis errores.

Morir… ¿Caer como gota
de mar en el mar inmenso?
¿O ser lo que nunca he sido:
uno, sin sombra y sin sueño,
un solitario que avanza
sin camino y sin espejo?

A veces pienso en qué haría si volviera a empezar. Me dejaría una escueta nota:» No renuncies a todos tus sueños. Y si algo te tiene que dominar, que sea la pasión«. Me equivocaría otra vez, sin duda alguna. Pero no haría lo mismo.

Ahora mismo me arrepiento de todo. Siento que el tiempo se me va, que la vida se me escapa, que los malos albures acechan en las esquinas de las noches. Estoy en horas bajas, con los brazos caídos, con el Manual para hundimientos generalizados en el bolsillo.

https://youtu.be/rpNRYF0CUuE
El texto de este vídeo está inspirado en un poema de Bukowski, So you want to be a writer? https://licricardososa.wordpress.com/2013/10/02/charles-bukowski-so-you-want-to-be-a-writer-asi-que-quieres-ser-escritor/

Un comentario Añadir valoración

  1. Mol dice:

    Y quien soy yo para decirte nada cuando me siento tantas veces igual? Que te digo? Que me diría yo en esa nota tan escueta? Yo me diría..»no te olvides de ti y de que has venido aquí a disfrutar».

    Una genialidad el video, no conocía ese escrito. Quedémonos con algo de el (aunque podrían ser muchísimas cosas): «espera a que ruja fuera de
    ti pero si nunca ruge, haz otra cosa.»

    Un abrazo, por supuesto, un abrazo

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