Hay momentos en la vida en los que tienes una revelación, una epifanía o, simplemente, tomas contacto con la realidad, quizá porque hasta ese momento tu mente estaba anestesiada, atrapado en una cuestión de supervivencia, y no pensabas con claridad.
En esos momentos, te das cuenta de todo el daño causado. A las personas que quieres, a las que te quieren, a los que te rodean y a ti mismo.
Entonces, con un poco de claridad, ayuda externa profesional y mucha autocrítica, repasas tus errores, sólo los tuyos. Si hubo infierno, gran parte del fuego fue mía. Por defectos internos en los que tengo que crecer personalmente y madurar, traumas de no sé cuándo, y por no hacer las cosas bien, por cobardía o duda.
Ahora sólo queda aprender. Aprender de los errores, pedir perdón por ser una persona tóxica, con todas las letras, por haber arrastrado al infierno a personas que me querían y no debían nada de mis mierdas. Por demasiadas cosas.
Y queda arreglar lo que se puede. Volver a dejar el karma en su sitio, restaurar si se puede a las personas y las situaciones, y seguir caminando con la esperanza y la determinación de hacer las cosas mejor la próxima vez.
Debí haber hecho lo correcto desde el principio.
Darse cuenta de los propios errores, entonar ese «mea culpa» y intentar arreglar (si es que tiene arreglo), ya es un gran gesto.
A veces no somos conscientes de muchas de las cosas que provocamos pero creo que lo importante es rectificar y como bien dices, aprender de nuestros propios errores.
Espero que lo consigas.
Un abrazo.
Gracias. Lo dudo, pero salga como salga, espero salir mejor. Gracias. Días malos, tristes y…sin palabras
Es una autocrítica dura, pero me quedo con esa aceptación activa y el impulso a mejorar . Nos pasamos la vida así, intentándolo (que no es poca cosa). Un saludo Rafa 🙂🌿🍀
Gracias. Ninguna autocrítica es lo suficientemente dura si lo haces tan mal como yo. Así que lo importante no es el error y el daño, sino que éste sirva para algo. Sea lo que sea, a mí o a los cadáveres de mi vida, pero que sirva. Abrazo.
Sabes, tus letras llevan consigo ese eco de autocrítica que tantas veces también he sentido.
Pero no te castigues tanto… como bien dices, todos estamos aprendiendo.Hubo un tiempo en que llegué a odiar hasta mis propias letras,
pero fue la confusión quien me llevó allí.
Hoy tengo la claridad de que las letras son un camino,siempre que nazcan de una verdad tan pura que se vuelvan una expresión sincera, solo nuestra, sin pretensiones hacia afuera…creo que nuestros blogs son eso al final, otra cosa es que nos perdemos…pero es decisión de cada uno, libremente quien quiera, se refleje en ellas. Por eso yo seguiré aferrándome a mis letras, ya sea en soledad o compartiéndolas, porque nada me ofrece tanta compañía como ellas y el amor,
cuando se muestran con la transparencia genuina
de lo que es real.
Desde aquí, te envío un gran abrazo que cruce la distancia
Esta vez… no ha sido como siempre. Abrazo
Sabes Rafael, entre más profundo el dolor, más grande el aprendizaje! Créeme que la vida nos dirá cuánto hemos aprendido! Y es genial! No todo mundo tiene la oportunidad de sobrevivir a tanto dolor y aprender de él!