Me podrás quitar la vida, tus besos no.

en
Tengo las venas dormidas y te espero en el contestador,
mientras la vida agoniza, te consigo una puesta de sol.
Te tengo que dar un sueño y te doy la llave del balcón
que se asoma por tu espejo para dibujarte un corazón.

El centro de tus caderas es el sitio de mi sinrazón
y te sigo en las maneras de quitarte tu sujetador.
No tengo ninguna gana de dormirme solo en el sillón,
vente conmigo a mi cama y pondremos toda la pasión.

Se acaba nuestra tormenta y descubro el lápiz de carmín
que llevabas aquel día cuando todo parecía gris.
Tu madre te llama al móvil y pregunta "Niña, ¿dónde estás?"
Tú te subes a mi coche y recorres libre esta ciudad.

Y podía haber viajado a aquel triste callejón
donde estabas nuestros besos en un vaso de ron.
Si quieres que me rinda dame una razón,
que tendremos una guerra entre tú y yo.

Al cerrarse nuestros ojos yo tuve una visión:
te acercabas por mi espalda sin pedirme perdón,
me abrazabas con tus piernas dulces de melón
y tirabas de mi ropa sin razón.

Me has dado Madrid a plazos para que sea mi ciudad,
y sus calles son los ríos que te van a buscar.
Cuando quieras que saltemos dame la señal,
volaremos en mi nave sideral.