A merced de la canícula

en

Empieza a remitir esta ola de trabajo que me batió en el pasado, justo cuando arrecia la otra ola, la de calor. Y dejo que el mundo siga rodando. No me molesto en pelearlo.

Me están volviendo las ganas de conciertos, aunque con condiciones. Sigo dándoles vueltas a mis sueños de paz interior; me cansa ser quijote entre tanto «villano y cobarde, ruin y menguado».

Hoy saldré a correr, pese al calor. Lo peor de todo esto es que antes correr servía para alejar mis demonios o para pensar en ti; ahora, que los demonios toman café conmigo en este puente tan largo, y que tú, ni estuviste ni estás ni se te espera, correr ha perdido un poco el sentido.

Sí, puedes alejarte de aquello que corre tras de ti, pero no de que corre dentro de ti.

Las fotos son viejas, de invierno de 2014, pero correr por aquí me relaja. Son de una vuelta real, de 20km, que hice corriendo alrededor de mi pueblo, sólo para poder hacer estas fotos.

Plural: 5 Comentarios Añadir valoración

  1. Mol dice:

    Bonito pueblo… se cual es pero no he estado nunca.. me lo apunto 😉

    Y creo que debes seguir siendo Quijote, se te da bien. La otra opción es ser Sancho que tampoco está mal porque se vive mejor pero, por lo poco que te conozco, sin duda, Quijote.

    Como dicen por ahí, viniste a esta vida para…. no te despistes.

    Abrazos

  2. Es bonito, aunque me canso de vivir en él a veces. Demasiado, últimamente. Tengo un pasado que me pesa, y un futuro que no veo de ninguna manera.

  3. Mol dice:

    Algoritmo para R.

    Sea L:=emptyset y sea n el número de cosas en tu mochila (si, esa negra que llevas a todos los sitios).

    For i from 1 to n do coger el objeto i y ver si es realmente necesario. Si lo es, L:=L, i. od;

    Sea ahora n:=nops(L). Repetir el proceso anterior hasta que n =<3.

    Me ha salido mi vena científica, pero lo pillarás.

    😉

  4. Bello lugar. Tanta naturaleza junta! Como dices en el comentario anterior, es posible que nos cansemos del paisaje (de la vida). Es fácil que otros te aconsejen, no están en tus zapatos, pero es inevitable no querer compartir. No busques paz, no busques nada, acepta el movimiento de turbulencia interior. Y, si puedes hacerlo sentado en alguna de esas rocas, contemplando la belleza del paisaje (solo contemplando sin juzgar nada), mejor. La paz viene cuando dejas de buscar.

  5. Difícil tarea estar en los zapatos de otro, en su pellejo. Casi lo mismo que estar en el pellejo propio. Pero sí: la vida nos cambia y convierte en amarga ceniza lo que en otro tiempo amamos. Necesitamos salvarnos, pero nadie vendrá a hacerlo: es nuestra tarea salvarnos a nosotros mismos de nuestro peor enemigo.

    Gracias

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.