No es

No es que no tenga ganas de escribir, es que el mundo sigue a mis puertas pidiendo que salga a la ventana y me rinda. Y no pienso hacerlo. No es que no añore tus caderas, es que la urgencia ha tomado mi plaza y todos huyen mientras yo busco tus ojos, mientras disparo a…

Pájaros

Llevaba tatuada en el costado una bandada de golondrinas que se perdía entre nubes y tormentas. Todas las noches contaba cada uno de los pájaros, cada una de sus canoras aves. Corriendo en su vuelo, bajaba en invierno al fuego de sus piernas; en verano subía a disfrutar del fresco de sus pezones. Llevaba tatuada…

Jodidamente

Ella estaba jodidamente loca, yo estaba jodidamente enamorado. Yo esperaba cada tarde ver su silueta toreando los coches en la calle, despertarme oliendo su aroma, perder mis brazos entre su pelo. No pudo ser. Nunca llegué a ese mundo, a su mundo, jodidamente loco, jodidamente hermoso, jodidamente bello. Me queda su jodido recuerdo, la jodida…

Vuelvo a Madrid

Cada calle, cada bar sin ti es una oficina; no me encuentro contigo en cada calle, y cada cara, cada vida anónima, quizá miserable, me desconsuela sin remedio. Sigo enamorado de tus calles, de tu esencia, de todo lo que pudiste ser y no fuimos ni hicimos ni besamos. Ya no te busco, pero mendigo…

Escápate conmigo

Tengo un plan: fúgate conmigo. Porque no aguanto ya este mundo sin ti, esta vida sin cuadernas ni cubierta ni timón. Ven conmigo; déjalo todo: marido, hijos, recuerdos y navega lejos, vuela alto; estrellémonos juntos y bien revueltos. Que esto sigue sin ser lo que esperaba, y tú sigues sin aparecer por mi puerta, para…

Cuando la conocí

Cuando la conocí (cuando te conocí) me enamoré de su risa; me dije: con esa mujer todo será alegría, besos, risas, paz y un punto de locura, que tanta falta me hace. Dije «cuando la conocí» («cuando te conocí»), pero realmente aquel momento, aquel flechazo no fue sino el principio del fin. Porque luego la…

Este poema puede matarte

Este poema puede matarte; puede pasar por encima de ti, a través de ti; desnudarte de tus ropas y tu carne y tus huesos, y dejarte con el alma al aire, para que la devore la vida. Este poema puede matarte, puede matarnos. Puede enterrarnos en lágrimas, puede cegarnos de dolor, puede ahogarnos de pena,…

Para vivir

Me gustas porque te abrazo y me curas. Y no te das cuenta. No te das cuenta de que me matas cuando me abrazas porque no te das cuenta, quizá sea que no te importa, no te das cuenta de que necesito de tus abrazos para curarme, para dormirme, para quererte. Para vivir.

Quimera

Y ella (o él) sin saberlo, agotando otras camas sin salida

Ayer te vi

Ayer te vi, sé que eras tú, quizá en otro tiempo, en otro lugar, en otra mujer. Pero eras tú, sin duda alguna: era tu risa y tu pelo, era tu niña y tu bolso, eran todas las promesas que nunca me hiciste, todo lo que tú y yo nunca fuimos ni seremos. Indudablemente eras…