El folio en blanco. El recuerdo de tus labios, tu mano en la mía. La mirada triste mientras canta Marwan, las señales vacías que arrastra el diablo y dan sentido al infierno. La risa cuando pierdes en la cama, la calle cuando corres despeinada. Y la vida, inexplicable, erizado de picas y mi cuerpo abrazado al tuyo tapando el frío, deteniendo al mundo, susurrando "Te quiero" un miércoles en Madrid. Así se escribe la felicidad: con los ojos cerrados y el corazón abierto de par en par hacia tu cara.