El mundo de la injusticia

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Este blog fue, durante una época de mi vida, una especia de altavoz social, donde intentaba plasmar todas las injusticias que nos aquejan como personas y como sociedad. Dejé de hacerlo, pero el mundo se está poniendo demasiado peligroso últimamente, y parece que lo estamos dejando pasar.

En mi vida he sufrido muchas injusticias personales. Por motivos personales, profesionales o políticos, he conocido demasiadas personas de esas que dicen: «haced todo lo yo os diga, pero no hagáis lo que yo haga». Siempre hay personas egoístas con esas ínfulas, con esas críticas o incluso mentiras que hacían públicas, cuando ellos ahora hacen lo mismo o mucho peor. He tratado de alejarme de esas personas, y lo he conseguido de muchas. Pero vivir en sociedad sigue teniendo ese riesgo de no poder evitar a esas personas egoístas o injustas.

Aunque es mucho peor el mundo. La sociedad. Tenemos lo de Gaza, tenemos lo de Trump, Ucrania. Pero tenemos muchas señales, personas, empresas cerca de nosotros. Gente que se aprovecha del sistema mientras lo critica. Gente que desprecia a otras personas, pero sabe que no puede vivir sin ellas. La crueldad de los políticos internacionales, la acumulación de riqueza en las mismas manos. Basta con ver el mundo, encender la televisión.

Los culpables no son ellos por hacer el mal o ser egoístas: somos nosotros por no hacer nada y luchar por impedirlo.

Vivimos en un mundo hiperconcienciado, supercomprometido, pero siento que nadie hace nada. Nadie hacemos nada. Todos esos defensores del mundo, valedores de los pobres, anarquistas de salón. Me cabrea muchos esos salva patrias que alzan la voz, se cargan de razones, llenan de palabras bonitas los periódicos y los blogs, y luego no mueven ni un dedo. Además, por experiencia personal, muchos de esos humanistas son personas muy egoístas en lo personal, con la convicción interna suya de que son adalides de la bondad, la generosidad y la solidaridad. Cada vez me gusta menos el mundo.

Soy un misántropo que ha aprendido a vivir en sociedad. Supongo que soy tan egoísta como la media, tan empático como la media, tan bueno como la media, tan falible como la media. Creo que todo lo que tengo me lo he ganado yo y sé que no es así. Creo que mi vida no ha sido fácil y sé que ha sido como todos. No soy especial, ni mejor ni peor que nadie. Pero será que me hago viejo: creo que a este mundo lo afeita un barbero borracho todas las mañanas. Simplemente, quiero sentarme a ver amanecer, morir poco a poco, hacer lo que creo justo en cada momento y vivir en paz.

Ojalá, La M.O.D.A.

Plural: 8 Comentarios Añadir valoración

  1. azurea20 dice:

    Verás que el mundo está igual que lo dejaste. Yo diría que peor. Él sigue desarrollando injusticia y los demás miramos.

    1. mada dice:

      Muchísimas gracias. Hay días que pierdes la fe en el mundo, y todo te pide que dejes de pelear. Pero entonces cierras las heridas, algo o alguien te reconforta y de nuevo sigues intentando poner tu granito de arena para que este mundo sea un poco menos malo. Gracias y abrazo.

  2. Moly dice:

    Te leo y me reconozco.
    Ese cansancio que describes, esa mezcla de impotencia, hartazgo y lucidez, no es derrota: es la conciencia despierta en medio del ruido, en medio de la hipocresía generalizada. Porque sí, este mundo parece que lo afeita un barbero borracho cada mañana, y a veces da la sensación de que ya no hay forma de enderezarlo.

    No es raro dejar de gritar cuando sientes que nadie escucha, o peor, cuando quienes escuchan solo lo hacen para replicarte con su doble moral o su pose de compromiso impostado.
    Y sin embargo… aún estás aquí escribiendo.
    Eso ya es mucho. Es resistir. Es dejar constancia.
    Es decir: «no paso por el aro, aunque me duela la garganta de tanto hablarle al vacío».

    Has aprendido a vivir en sociedad, dices, como si fuera una hazaña menor. Pero lo es. Porque vivir en sociedad sin rendirse a la miseria moral que tantas veces te rodea, sin imitarla, sin ceder del todo a la indiferencia, es un acto de valentía silenciosa.
    Y si además haces lo que crees justo en cada momento, entonces ya estás haciendo más que muchos.

    No necesitamos héroes, ni adalides, ni portavoces del bien absoluto. Solo necesitamos personas que aún se detienen a mirar el mundo y a decir: “esto no está bien”.
    Aunque lo digas cansado. Aunque lo digas bajito.

    Ojalá más miradas críticas sin odio. Ojalá más amaneceres en paz.
    Ojalá, como canta La M.O.D.A., nos quitemos el miedo. Ojalá podamos seguir creyendo en algo, aunque sea en ese sol que vuelve a salir cada día.

    https://www.youtube.com/watch?v=4FzN5MnQyfY

    1. mada dice:

      Ay, ¡cómo cambiaría el mundo si pudiéramos desenmascarar a los malos! Y lo hacemos, pero lo peor no son los malos; son lo que se creen buenos, critican y señalan con el dedo, y se van a dormir con la conciencia tranquila, habiendo dejado solos a los solitarios, desvalidos a los que luchan, insultado a los buenos…
      Como sociedad, cada vez nos vamos más a la distopía de la ciencia ficción, al capitalismo egoísta y salvaje, al buenismo de salón de los ciegos de espíritu.
      Ya no me da miedo este mundo, ni pena. Yo seguiré luchando mientras me quede un motivo para hacerlo, y trataré de no ver el mal que nos rodea, sino la brizna de esperanza que crece entre las ruinas. Abrazo enorme

  3. Cuánta claridad y valentía al decir lo que muchos sienten en silencio. Ese ‘barbero borracho’ que afeita el mundo cada mañana es una imagen que resuena con fuerza: muestra un hambre de justicia, pero también una voluntad de resistencia. Gracias por no callarte, por evidenciar que el verdadero problema muchas veces no son los opresores, sino los que miran desde su pedestal sin mover un dedo. Quedarse no es fácil, seguir luchando aún cuesta más, pero hacerlo con referencias como las tuyas es, sin duda, una forma de esperanza. Un abrazo y adelante, que ese granito de arena que dejas sí hace mucha diferencia.

    1. mada dice:

      Gracias. No me callo, o a veces sí. Y espero creer que no me rindo, que a mi manera lucho, aunque sea para acallar la conciencia. Porque yo también soy parte del problema: no hago ni la cuarta parte de lo que puedo. Y a veces caigo en las contradicciones: me tengo que comprar coche, y voy a por el más barato, sin mirar la ética de ese coche o del otro. Aunque es posible que, cada uno a su manera, tanto los coches como nosotros tengamos casi la misma ética.
      Abrazo

  4. elcorazondelmar.wordpress.com dice:

    Hay que vivir en el mundo, pero no con el mundo, porque de lo- contrario no vives y ya bastante nos pasa que no podamos esquivar. Disfruta aquello que, aunque pequeño e insignificante, te haga feliz, un paseo junto al mar, un libro quizá, una melodía… nada más, el mundo seguirá haciendo de las suyas. Buena tarde.

    1. mada dice:

      «Lo esencial es invisible a los ojos» (A.S.E). Buen viento en tus velas.

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