El cuento de nunca acabar

en

Anoche, mientras dormías, te hice canción.

Conocí a una princesa
con alas en los pies,
rayos en la risa
y flores en el pelo

Me cogió de la mano
y me llevó a su reino
de hadas y elfos,
de grifos y dragones.

Aquella noche,
antes de dar las doce,
me besó en los labios
de sabor a chocolate.

Y luego se esfumó
entre risas y amapolas.
Y luego se esfumó
como una ninfa del río.

Volví a mes siguiente
a buscar a la princesa
de alas, rayos y flores
en pies, risa y pelo.

La encontré en su reino
jugando con un elfo,
domando a su dragón,
riendo con sus ojos.

Entonces la besé
y sabía a ron con cerezas
y me dijo al oído:
te estaba esperando.

Y luego se esfumó
entre risas y amapolas.
Y luego se esfumó
como una ninfa del río.

Conocí a una princesa...