Lluvia en soledad

en
Lluvia en soledad, versión de 3 de trébol
Hoy,
por fin,
llueve.
Esta maldita ciudad se derrama
por calles y tejados,
con un plomizo gris cielo sobre las cabezas.

Hoy llueve sin ti a mi lado.
Y no soporto los semáforos
ni los telégrafos
ni los escaparates
ni los paraguas anegados
ni las aceras resplandecientes.
Porque a la lluvia
le faltas tú.

Añoro el vaho de tu aliento
en el cristal de la cocina
cuando te hago el amor
apresurado
furtivo
lascivo
cálido,
sujetándote por detrás
mientras trato de besar
tu boca abierta
que promete el paraíso.

Oigo la lluvia
mientras trato de abrazarte en la distancia
que separa nuestras ciudades,
nuestros mundos,
nuestros cuerpos;
y mis brazos no te alcanzan,
mis palabras no te alcanzan,
y llueven en mi alma
lágrimas de gominola.
Porque a la lluvia
le faltas tú.

Recorro tu cuerpo con mis dedos
cartografío tus curvas y cicatrices
como un explorador
que recorre un mundo diminuto
desconocido
prometeico
inmarcesible
y me quedo a vivir en tu regazo
mientras lees poesía
y sueñas banderas piratas.
Mientras yo
sueño contigo.

Soy un indigente sin ti
mendigando cariño, calor, ternura.
Sembrando esperanza entre tus senos
y tormentas entre tus piernas,
pierdo minutos y horas y días
con la esperanza de que la lluvia nos empape
y salgamos a la calle
desnudos
felices
ebrios de presente
ajenos al futuro
de sabernos lluvia
sol
hierba
árbol
tierra
río
nube.

Pero hoy no te tengo conmigo
y lloro.
Lloro desconsolado,
aterrado,
empapado.

Porque llueve sin ti.
Porque a la lluvia
le faltas tú.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.