Saludos, terrícolas. Hoy o mañana (o no sé cuándo y, la verdad, me importa un pito) vienen los príncipes de España a inaugurar el parque científico de esta egregia y nunca adecuadamente ponderada universidad en la que trabajo. Y me he enterado de que han contratado 100 figurantes para la visita de los príncipes.
Cuando vengan, mandarán a los investigadores y trabajadores «reales» a almorzar y los figurantes ocuparán su lugar, dando así la adecuada imagen y sensación de cómo debe ser un investigador en España para que pueda salir por la tele y lo acepte la sociedad.
Lo que es peor: es práctica habitual. En la UPV y el IVIA también se ha hecho.
Cosas veredes, pero es que esto no puede acabar bien así como vamos. Imposible.
Muchos pensamientos, muchas ideas,,, ,,,, pero creo que te falta un objetivo..
Aclarar tu vida… ¿Donde estás?. ¿Que necesitas para vivir?…
Quizas un exceso de ideas sin orden son las que te machacan en este momento..
Todo no es negro,,, dentro de las tinieblas siempre hay luz,,, aunque sea la de una vela..
Si miras la luz,, la obscuridad deja de obsesionarte.
Abrazos y saludos.
Pues sí, algo de razón llevas.
Pero por otro lado no. Todos tenemos dos vidas, la que vivimos y la que soñamos vivir. La que vivimos tiene que ver con el día a día. Con decisiones prácticas y prosaicas relacionadas con comer, pagar facturas, trabajar y labrarse un futuro, como dicen. La que soñamos vivir tiene que ver con los sueños.
Mi vida práctica, real, la tengo bien clara en mi cabeza (lo que no quiere decir que lo esté haciendo bien). No hay espacio para bromas, ni para pruebas. Es una tarea que hay que hacer; organizarse, asegurar tu futuro y el de los que dependen de ti. Trabajar y dar un paso más lejos en la dirección que intentas imprimir a tu vida, sin perder el suelo nunca.
Este blog es una válvula de escape, es la vida de los sueños que no vivo, aunque eso no significa que me falten objetivos, que no tenga las cosas claras, que no tenga orden ni prioridades. Aunque tengo exceso de sueños que, cuando me siento a descansar o a vaguear, me asaltan, para bien o para mal.
Sé que los sueños no se cumplen. Podría cumplir la mitad de ellos si no fuese tan vago y me sacrificase un poco. Los otros son sueños que tienen poco que ver con la realidad. No puedo cumplir mi sueño de irme a vivir con una actriz porno mientras el cuerpo aguante, y que me presente a sus amigas. Tengo responsabilidades y compromisos, gente que cuidar y a la que le debo fidelidad y sacrificio. Lo que no significa que no me gustaría. Como lo de irme con cada mujer guapa que se cruza en mi camino. Tampoco puedo irme a vivir al extranjero cuando me apetezca, o a dar saltos por el planeta viendo mundo: hay gente que depende de mí y sé que esos sueños no se pueden cumplir ya, quizá nunca pudieron hacerlo.
Tengo mi vida clara: sé que todo tiene un precio. Tiene precio tener familia, hijos, casa y coche. Tiene precio ir de vacaciones, vivir en tu pueblo, vivir lejos de tu pueblo. Tiene precio cumplir tus sueños a toda costa, tener el complejo de Peter Pan y ser el eterno niño en pos de sus caprichos. Todo tiene su precio, y al final uno elige el precio que está dispuesto a pagar y lo hace.
Lo que no quita que siga viendo la vida negra, y lo siga pensando. Y que me guste vivir entre tinieblas mientras tengo claro que hay cosas que debo hacer, cosas que no debo hacer, cosas que no puedo hacer y cosas que sí puedo.
Este es un blog de sueños, aunque dicen que la vida es sueño.
Un abrazo en la oscuridad.