Oiga, doctor

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«que no escribo una entrada desde que soy feliz»

Oiga, doctor (Joaquín Sabina)

Y lo malo no es que sea feliz. Ojalá fuera eso. Pero es más bien el aburrimiento, el miedo a lo que viene. EL haberme vaciado y ser un cascarón al sol.

El no echarte de menos ya, el no buscarte porque sé que no llegaré hasta ti, el haber perdido la esperanza.

He retrasado todo por desidia, por aburrimiento, creo que por miedo. Pero hoy acaba una etapa, y salgo de nuevo a la trinchera. Sin garra, sin ganas, sin fuerzas. Una vez más.

Volveremos como siempre, pero no estaría mal un chute de ilusión, un choque de trenes desahuciados, un fin de semana en Madrid donde no haya futuro y el pasado sea un mal sueño.

La próxima vez que te vea, no pienso fallar. Me enfrentaré a esa mujer de belleza y lealtad incomparables y le diré: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. Tú rompiste mi alma, prepárate a bailar«.

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