Aguantando el tirón

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Sigo pasando esta pandemia un poco abrumado por la ingente carga de trabajo. Por ello, hay días, semanas que me sumerjo en la locura, incapaz de ordenar mis sentimientos y mis emociones, dominado por la necesidad de seguir en marcha, de seguir peleando.

Todo esto deja pocos resquicios a la poesía, a la que echo de menos, la que lleva ausente demasiado tiempo de mi última vida. Vuelve. Por favor.

En los otros frentes sigue la decepción mezclada con la dureza del invierno en el corazón. Se ha cerrado el camino que llevaba a tu puerta, y aunque no lo recorría desde hace tiempo, duele saber que no está ahí. Aunque la cabeza indica que no hay motivo alguno para volver a recorrerlo. Que esa batalla acabó hace tiempo. En realidad, que la guerra está perdido.

Así que, para no romperlo todo, busco nuevos desafíos, nuevos retos que justifiquen este tiempo vacío que cuesta tanto de llenar. En días grises, como hoy, me doy un respiro y me abandono para ver si te encuentro.

Pero es que he perdido las ganas de buscarte. Queda más que contar, pero todo son matices del vacío que me domina ahora mismo. No hay nada peor que perder la esperanza, el significado desnudo de la palabra «desahuciar».

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