Todavía no creo que la distancia sea la que nos separa, que mi no fuera un puñal, que mis silencios, precipicios. Y ahora vago entre tu pelo, buscando tu sombra entre la noche, oyendo el viento entre los olmos, tapando mi boca con besos de hilo que no cosen corazones rotos. Que ayer estabas entre mis brazos y hoy el hueco que has dejado se ha tragado un océano entero con sus islas, barcos y ballenas, y todavía cabe más y más pena, al no saberte a mi lado. No me gustan las despedidas, pero menos aún la ausencia que queda cuando no estás. Ven. O voy. Pero no nos quedemos así; no me dejes otro día sin ti.
Un comentario
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Sublime. Ven. O voy.