Historia sin moraleja

en

Cuando la conoció
se enamoró de su alegría
pero pensó:
«esas chicas no se fijan en tipos como yo».
Tenía razón.

Pasó el tiempo,
volvieron a cruzarse sus caminos
como paseantes ebrios.
Él recordó su alegría,
anheló formar parte de su vida
minuciosa, recreada cada noche.
Pero pensó:
«esas chicas no se fijan en tipos como yo».
Tenía razón.

Más tiempo,
más camino,
más decepciones y olvidos.
Pensó:
«los tipos como yo no debemos fijarnos en chicas como ésa».
Tenía razón

Un comentario

  1. Roser dice:

    La vida cuando menos lo esperamos nos trae su mejor regalo, confiemos pues, en ella. Quién no recuerda las moralejas de los cuentos de hadas? Nos enseñan que la lucha contra las dificultades que nos depara la vida son inevitables pero que si sabemos afrontarlas, saldremos adelante.
    Siempre es tiempo de retornar a ellas.

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