Paz

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Estos días he estado revisando todos los archivos, y creo haber encontrado la solución a todos mis problemas.

No es que vaya a descubrir ahora el colacao, así que no voy a decir nada nuevo.

Necesito paz.

Paz. Algo curioso. Lugares donde el mundo se quede fuera por unas horas, una trastienda donde llevar un puñado de problemas y torturarlos hasta la muerte, mientras las defensas contienen a las hordas bárbaras.

A veces la paz es leer, ver cine, cenar y beber con unos amigos o dormir sabiendo que nadie va a turbar esa paz. Un refugio nuclear. Hasta hace poco la universidad era esa isla, pero los frentes se han movido, y me queda poco tiempo para esconderme allí. Ahora mismo estoy 24 horas al día cavando trincheras.

Quizá a veces por eso ansío con irme contigo: sólo quiero ser polizón en tu paz. Que me saques de este infierno. Aunque, conociéndome, sé que tras dos semanas de paz volveré a planear emprender una nueva marcha sobre Moscú en lo más crudo del crudo invierno. No sé quedarme quieto. AL menos no sin ti a mi lado.

Necesito ese refugio, necesito un lugar donde poder quitarme las botas por un rato.