Alemania

en

Fin de semana irreal,  con pocas ganas. Con sentimientos demasiado encontrados.  Alemania me recibe con un sol veraniego que aborrezco,  prefiero el frío y el gris y la lluvia.

Voy deshojando todo lo que pasa ante mis ojos, esta república de autómatas ordenados y obedientes donde todo funciona, dobde vivir es fácil. Donde todo está previsto.  Un buen lugar para dedicarse a uno mismo, para aburrirse en los brazos de una rubia teutona todos los días.

Pero, aunque por un lado colgaría los hábitos y me vendría aquí a aburrirme el resto de mi vida, no me acaba de convencer.  Esta vez no quiero quedarme. Tampoco quiero volver.  Llevo demasiado tiempo inapetente,  abúlico,  desganado. Necesito una operación de rescate en toda regla,  pero nadie atiende mis señales de desesperado socorro.

Sigo igual,  buscando(te).

image

image

image