Debí haber respetado mis vacaciones religiosamente. Pero no lo he hecho.
Tampoco pasa nada, no es nada grave. Simplemente he salido de mi agujero, me he vuelto a enfrentar un rato al mundo y no me ha gustado. Estoy cansado de siempre lo mismo. Cansado de haber perdido la esperanza y las ganas, y ya ni siquiera tener sueños que me mantengan a flote. Ahora mismo moriría de hambre ante dos montones de paja colocados a la misma distancia de este burro que os habla.
Mientras que para usted es un error haber escrito, yo estoy complacida de poder leerle de nuevo, que importa que fuera para recordar lo patético que es todo, el saber que aun sigue inertemente vivo, inmerso en la rutina y el desgano; leerle así incluso es un placer Sr Rafael.