Vie grise, vie nue

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Vivo en un terrible lugar gris, una monótona llanura interminable, sucia, desharrapada, zafia y bochornosa. Los días son trenes de mercancías interminables, sin nada que cambie de vagón a vagón. Solo puedes mirarlos pasar o cerrar los ojos. Esperar el fin.

Mi vida está completamente desnuda, expuesta a los terribles vientos heladores de la desesperanza, sin poesía con la que vestirme, sin el calor que me daba tu risa, saberte inquilina de mi cama.

Mis recuerdos siguen doliendo, con la pobreza extrema de quien vive rodeado de fantasmas, asesinos y fatuos, de aquel que se elevó por encima de las nubes y vio un sol amarillo y una negra tormenta y un arco iris preñado de colores. Pero las piedras de los brutos nos derribaron y nos hirieron el rostro y el cuerpo y el alma, y nos arrancaron la poesía y la arrastraron por la plaza gris, por la calle gris, sin saber, pensar o imaginar que cada hebra era un poro de tu piel.

Me duele hasta lo inefable esta vida sin esperanza, esta noche oscura del alma sin ti. Odio mi vida gris, necesito arroparme con la poesía.

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