Sueño un poema, a modo de conjuro, para que ella aparezca.
A veces descubro su aroma en mi cama, y sé que vino a verme. A veces noto su caricia en mi espalda, sus labios en mi hombro, su mirada azul y roja iluminando el ocaso. Entonces sé que ha estado conmigo.
Busco un poema que te traiga a mi cama, que nos prepare el desayuno, que nos ponga música de Luis, el tuyo o el mío.
Busco un poema que te acaricie el alma, que te quite la ropa, que te lleve a la Palma.
Busco un poema que te dé la mano y cruces conmigo; que nos llene de sal de un mar de la Luna; que nos sonría al verte y que nos desnude el alma.
Busco un poema para quedarme a tu lado, para rompernos los labios, para quedarnos dormidos.