Y entonces me acordaré de ti

en

y pasaré la noche buscándote,
buscando tus ojos y tus labios,
entre miles de peces,
en las redes que nos han atrapado.

Y pondré a Dani Flaco para verte mejor,
que sus letras me cierran la herida,
buscaré en los 90 nuestras cartas y mis miedos,
los rincones de postales de Chernobyl,
las heridas que te abrí
por no atreverme a besarte.

Te buscaré y no te encontraré,
pese a que sé dónde estas.
Pero ese lino blanco ni esas manzanas me pueden ya salvar
del dolor de saber
que hoy
ni mañana
ni nunca
volveremos a decirnos adiós.

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